Hablo, por ejemplo, de:
- La memoria
- La agudeza visual
- La concentración
- La capacidad de síntesis y análisis textual
- La expresión, tanto en lengua oral como en lengua de signos
- La visualización, poder ver en nuestra mente lo que describen las palabras
Así pues, durante los primeros meses, algunas de las actividades que realizamos eran buscar a Wally, tratar de memorizar un collage con muebles o ropa y luego dibujar los objetos en la misma posición -es mucho más complicado que simplemente nombrarlos-, rellenar textos con huecos, practicar los sinónimos y antónimos, hacer exposiciones orales, resumir noticias tanto en lengua oral como en lengua de signos una vez ya tenemos el nivel suficiente (y luego evaluarnos viendo el vídeo), signar recuerdos,... Mi actividad preinterpretativa fue la de escuchar/ver cortometrajes, visualizarlos y luego contarlos en lengua de signos (de forma visual, haciendo roles, etc.). Algunos de los cortos con los que trabajé fueron: El elefante encadenado, El árbol que no tenía hojas, Las ranitas en la nata, La manzana podrida, Por cuatro esquinitas de nada y Pobre cigüeña. Son una preciosidad de cuentos que os recomiendo a todos que veáis/escuchéis con los ojos cerrados. También practicamos poner palabras a vídeos sin sonido o mudos, como Love recipe o French Roast, algo que a mí personalmente me recuerda mucho a la audiodescripción.
Todas estas actividades prácticas las fuimos combinando con clases más teóricas, en las que aprendimos, por ejemplo, la historia de la interpretación, las diferencias entre la interpretación simultánea y la consecutiva, entre la interpretación de lenguas orales y lenguas de signos, el funcionamiento de los congresos con equipo de intérpretes de lengua de signos, el movimiento asociativo de los ILSE, los diferentes ámbitos en los que puede necesitarse un intérprete de lengua de signos (de momento en el blog solo he mencionado el ámbito sanitario, pero el resto ya llegará), el código ético, etc. El libro que se utiliza es el de Técnicas de interpretación de lengua de signos, de Esther de los Santos Rodríguez, que edita la CNSE.
Y, por fin, llegó la hora de interpretar. |
Aproximadamente a partir de enero, en la segunda evaluación, ya empezamos a aprender a interpretar: al principio de forma consecutiva, con textos de una sola frase (corta, no os vayáis a pensar), y poco a poco hicimos el cambio hacia la simultánea, que es la que realmente se utiliza en interpretación a/de lengua de signos. A final de curso, llegamos a interpretar en inversa -desde la lengua oral a lengua de signos- audios de hasta quince minutos, y en directa algo menos.
Y es que, para practicar, todas las semanas interpretábamos una charla de una hora sobre un tema en concreto que teníamos que preparar buscando la terminología, veíamos vídeos de Signoblog -una especie de red social para personas sordas, donde suben sus vídeos y se comentan unos a otros-, interpretábamos en clase los audios que nosotras y nuestros familiares grabábamos (sobre cualquier tema),... Por supuesto, las horas de clase no bastaban, así que había que trabajar bastante en casa.
Por último, también trabajamos los textos escritos para ser signados y los textos signados para ser escritos, una modalidad interpretativa similar a la interpretación a la vista y que se utiliza, por ejemplo, para explicar a una persona sorda qué pone en una carta (por ejemplo, los resultados de un análisis médico) o para redactar una carta por una persona sorda, que te la «dictaría» en lengua de signos.
Antes de empezar a interpretar, es necesario dominar las técnicas preinterpretativas. |
Esta asignatura es quizás la más complicada de todo el primer curso, especialmente por la carga de trabajo que supone. El único consejo útil de verdad es que hay que ponerse las pilas desde el principio e ir haciendo todos los deberes que mandan, incluidos los de navidad y pascua, por mucho que cueste ponerse. No es una asignatura que pueda aprobarse -y aprovecharse- sin asistir a clase, ya que es allí donde se hacen las críticas y se exponen las recomendaciones para mejorar. Sonará a tópico, pero lo cierto es que también se aprende de los errores de los compañeros, así que no hay excusas para no asistir.
felicidades, por tu empeño gracias por compartir tu experiencia.
ResponderEliminarMuy interesante, lo voy a tomar muy en cuenta los consejos
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