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lunes, 17 de febrero de 2014

Deaf Talent: Un "Tú sí que vales" sordo

Hoy quería presentaros un concurso divertidísimo que celebraron el pasado mes de enero en Cataluña. Organizado por Webvisual.tv (una web de noticias en lengua de signos catalana), que pertenece a la Vicepresidencia de política lingüística de FESOCA, Deaf Talent —como llamaron al concurso— pretendía fomentar el uso de la LSC, así como promover la cultura y el encuentro entre personas sordas. Las concursantes pertenecían a dos asociaciones locales de Barcelona: El Casal de Sords y el Centre Recreatiu Cultural de Sords. El aforo, como veréis en el vídeo, se llenó, pues más de 150 personas acudieron a ver este primer concurso televisado para personas sordas. Ahora veréis por qué...

Una de las concursantes del Deaf Talent pasándoselo en grande.


El vídeo dura 1:30 h y si sabéis un poquito de lengua de signos (catalana) creo que podréis seguirlo. Yo no sé LSC y aun así lo entendí bastante bien. Para ayudaros enumero aquí las pruebas del concurso (y también por si queréis usarlas para celebrar el concurso):
  • Dictado a base de lectura labial: la mayoría de asistentes tuvo una educación de tipo oralista en la que se les prohibía signar y se les obligaba incluso a hacer dictados leyendo los labios de los profesores. Ha llegado el momento de demostrar esa habilidad ya olvidada...
  • Interpretación a LSE: les entregan unas fichas con frases y tienen que interpretarlas en lengua de signos española.
  • * Interpretación a SSI: la misma prueba que la anterior, pero deben interpretar las oraciones a sistema internacional de signos. Realmente no es una prueba del concurso, pero una de las participantes comenta que le resultaría más fácil esta interrpretación y lo hace.
  • Adivinar una lista de palabras y marcas llevando mascarillas de médico y gafas de sol rockeras con patillas. EN el caso de las palabras, tienen que hacer signos de una parte o sílaba, no se puede signar directamente. Por ejemplo, para la palabra gente, signan GEN y luego TÉ, para paracaídas, signan PARAR y luego CAÍDA. En el caso de las marcas, tienen que conseguir que la compañera las adivine. Por ejemplo, para Apple, signan MANZANA.
  • * Signar al revés. Esta es una de las pruebas más complicadas, pues tienen que signar una frase completamente al revés, pero no solo cambiando el orden de los signos, sino también hacer cada signo en contra dirección, de forma que luego, al reproducir la grabación hacia atrás, se entienda el mensaje.
  • Agudeza visual: encontrar las diferencias entre las fotos.
  • * ¡Fuera la configuración! Signar con los puños, cubiertos con cinta aislante para no caer en la tentación y llevando además una máscara horrible que tapa toda la cara, para que no te lean los labios ni puedan guiarse por tu expresión facial. Las frases, de este estilo:
    • Mi amigo me obligó a beber 3 chupitos de vodka de una botella que había sobre la mesa.
  • Abrir seis huevos y volcar el contenido en un bol. Luego, usando unas botellas de plástico vacías, verter solo las yemas en la tapa de la huevera en un plazo máximo de dos minutos (está en el minuto 1:10:00). Esta prueba la incluyeron en el concurso porque es un truco que se recomendó desde Webvisual.
  • * Pensar en por qué es importante este tipo de concursos y luego signarlo de manera poética y, después, como si fuera un rap.
Me da la sensación de que se lo pasaron fenomenal, y la verdad es que son unas pruebas que se pueden organizar en cualquier lado. Lo he propuesto en clase del ciclo y vamos a ver si nos da tiempo a hacer alguna (de las que llevan asterisco, que son las más chulas quizá para intérpretes)... ya os contaré.




Por otro lado, aprovecho para pedir disculpas por mi ausencia del blog. Como sabéis, estoy cursando el ciclo de interpretación de lengua de signos y estamos a dos semanas de acabar las clases. Además, también estudio un máster, así que no me da la vida. En cuanto vuelva a tener tiempo me veréis por aquí, porque ideas sobre las que escribir tengo muchísimas :-)

lunes, 13 de enero de 2014

Oyente en una familia de padres sordos: entrevista a Julián

Como os comentaba en la entrada sobre la asignatura Psicosociología de las personas sordas y sordociegas, uno de los trabajos que realizamos en el primer curso del ciclo de interpretación de lengua de signos fue entrevistar a dos personas en cuyo núcleo familiar hubiera alguien sordo. Hoy os presento a Julián (38), cuyos padres lo son y se comunican en una lengua de signos inventada por ellos mismos. Él, oyente, estudió conmigo los niveles elemental y medio de lengua de signos española en Fesord hace dos años y me ha dado permiso para publicar esta entrevista, que en mi opinión es interesantísima. Muchas gracias a él y a mi compañera Clara, que se encargó de hacer la entrevista y transcribirla después, por dejarme compartirla. A ver qué os parece.

• Haznos un pequeño resumen de la pérdida auditiva de tus padres.
Mi padre es sordo desde que tenía aproximadamente un año de edad a causa de unos fármacos que en aquella época se administraban a los bebés y que posteriormente se supo que provocaban sordera. Mi madre es sorda casi profunda de nacimiento, tiene una pérdida del 80%, aproximadamente. El resto de la familia de ambos es oyente, salvo el hermano pequeño de mi madre, que también tiene una pérdida auditiva importante aunque con la ayuda de un audífono se desenvuelve perfectamente.

• ¿Cómo se comunican entre sí tus padres?
Hacen falta años de experiencia para poder comunicarse como lo hacen ellos. Lo que nosotros identificamos como signos, ellos lo utilizan para comunicarse, pero no construyendo frases, sino que se trata de una acumulación de signos. Hace falta mucho vocabulario, pero se comunican mediante la gesticulación y los signos que conocen y tienen acordados. Tienen su propio lenguaje y, como están en el mismo entorno, la comunicación fluye. Cuando les hace falta un signo, uno de los dos se lo inventa, el otro le pregunta qué es y ya está.
La comunicación entre ellos es bastante fluida, pero depende de la situación. Por ejemplo, si uno de ellos quiere decir una cosa sobre un tema del que nunca han hablado es más complicado y tiene que describir un poco más la situación a la que se refiere. Si el otro no conoce el contexto o el tema del que se está hablando, o es algo que no se ha mencionado antes, es difícil que lo entienda. La comunicación básica es fluida, pero los conceptos nuevos cuestan.
El resto de personas de nuestra familia no domina este sistema de comunicación y suele utilizarnos a mis hermanos y a mí como intermediarios para comunicarse con ellos. Mis padres no hablan, mi madre es capaz de leer los labios si le hablas despacio y vocalizando, pero mi padre no.

• ¿Cuál fue la reacción de tus padres al tener hijos oyentes? ¿Esperaban hijos sordos?
Yo creo que no esperaban nada, ni una cosa ni otra. En aquella época no se planteaban la herencia genética de la sordera; eran otros tiempos, había que tener hijos para que trabajaran y ya está. Mis padres son un matrimonio de conveniencia: cada uno vivía en un pueblo y, como eran sordos los dos, se arregló que se casaran.

• ¿Cómo os comunicábais en casa?
Usamos el sistema de signos de mis padres, nos hemos criado con él, pero nuestra capacidad de comunicación con ese lenguaje no es tan perfecta como la de ellos, porque se basa en la experiencia y en el día a día. Nosotros lo conocemos porque lo hemos «mamado» desde pequeños, pero a medida que mis hermanos se han ido alejando del núcleo familiar para hacer vida con sus parejas han ido perdiendo capacidad de comunicación, porque no están viviendo el día a día de la relación con mis padres. Ahora muchas veces yo soy el intérprete entre mis padres y mis hermanos, porque es un lenguaje que se aprende con el roce. Mis hermanos y yo nos comunicamos mediante el lenguaje oral.

¿Y lo utilizasteis de niños alguna vez para excluir a tus padres?
No, la verdad es que nunca lo usamos en ese sentido. Pero es cierto que mis hermanos y yo hablábamos en lengua oral y a veces nos preguntaban qué habíamos dicho y, si era una tontería, no se lo decíamos porque no era importante y era más complicado explicarlo. Eso les fastidiaba.

¿Saben tus padres lengua de signos española?
No, no la conocen. Cuando empecé a estudiar LSE en Fesord, volvía a casa y les explicaba los signos que me habían enseñado y no eran los mismos que los suyos, pero algunos se parecían y ellos me entendían... Yo creo que a ellos no les habría costado mucho entender a una persona sorda signante.

• ¿Y qué te motivó a apuntarte a los cursos de lengua de signos?
Era una inquietud que tenía desde hacía mucho tiempo. Fui a Fesord hará cosa de siete u ocho años, para pedir información, pero luego lo fui dejando por temas de trabajo y hasta el año pasado no hice los cursos.
Quería saber qué era el lenguaje de signos y cómo funcionaba, no con el objetivo de comunicarme con mis padres, sino por el mero hecho de conocer un poco más sobre ese lenguaje y sobre la comunidad sorda a la que pertenecen mis padres. También para, si en alguna ocasión teníamos la oportunidad de comunicarnos con una persona sorda signante, poder hacer de puente de comunicación entre ella y mis padres, ya que al fin y al cabo la LSE es la lengua oficial.

• Durante la infancia, ¿intentaron tus padres estimularos a ti y a tus hermanos auditivamente?
Nada, en nuestra casa había silencio. Nuestros padres sabían que oíamos, pero dejaban ese tipo de estimulación para el resto de la familia y el colegio. La preocupación por los hijos siempre existe, pero antes se los protegía menos que ahora, no se estilaban las técnicas de estimulación temprana ni técnicas psicopedagógicas de aprendizaje, etc. La educación era mucho más libre, había menos preocupación a no ser que hubiera algún problema manifiesto.

• ¿Aprendiste a hablar a la misma edad que el resto de los niños?
Sí, no hubo ningún problema porque toda nuestra familia es oyente. Lo que es curioso es que yo hablo igual que mi hermano mayor, especialmente en el tono de voz, probablemente porque él fue mi referencia en mis primeros años de vida, ya que en casa las voces que escuchaba eran las de mis hermanos mayores.

• ¿Había en casa algún tipo de ayuda técnica?
Hace tres o cuatro años instalé unos videoteléfonos, pero ahora utilizamos sobre todo Skype: he comprado una tableta que me sirve para hacer videoconferencias con mis padres, aunque aún estamos en fase inicial experimental. Pero sirve para que, si se van al pueblo, puedan hablar con los hijos en cualquier momento. También el timbre de la puerta es un indicador sonoro y luminoso.

• ¿Alguna vez asumiste el rol de intérprete o acompañante de tus padres durante la infancia? ¿A qué edad?
Sí, por ejemplo, a todas las reuniones del cole, de padres y profesores, acudía mi madre con el hijo correspondiente. El profesor nos decía a nosotros “tiene que venir tu madre a hablar conmigo” o “hay reunión de padres y tienen que venir los tuyos” y nosotros íbamos también, aunque no hubiera ningún niño más, e interpretábamos. Tendríamos cinco o seis años. Algunos profesores a veces dudaban de que les estuviéramos interpretando a nuestros padres lo que ellos decían de verdad y no lo que nos parecía a mis hermanos y a mí. Siempre les quedó esa duda.
Y también para todo el tema de bancos, escrituras... Ahora que somos mayores, más que antes, cuando recurrían a mis tíos y abuelos ‒a los adultos‒ porque nosotros éramos pequeños. Actualmente el punto de apoyo de mis padres somos nosotros.

 • Si querías saber algo o te encontrabas en una situación complicada... ¿Acudías a tus padres o a otros familiares oyentes?
En general, recurríamos a nuestros padres para las cosas importantes, pero muchas veces nos buscábamos la vida por nuestra cuenta, pero no porque la comunicación fuera difícil, sino porque los conocimientos de mis padres están muy limitados. Ellos no podían ayudarnos a gestionar una solicitud de beca o cualquier otra cosa, normalmente no sabían lo que era ni lo que hacía falta. Pero no era que la comunicación fuese difícil, porque no lo era. Mis hermanos, mis padres y yo teníamos una comunicación interna bastante buena, nos entendíamos perfectamente con el código de signos de mis padres.
Ni mis hermanos ni yo sentimos nunca que nuestra familia fuera diferente: ni mejor ni peor que las demás. Es lo que hemos vivido desde que nacimos y es nuestro día a día. La sordera de mis padres no supone para nosotros un inconveniente y nunca hemos deseado que fueran diferentes o que no fueran sordos.
 
• ¿Se relacionaban tus padres con los padres de tus amigos del colegio cuando eras niño, por ejemplo al ir al parque o coincidir en alguna actividad extraescolar?
Nuestros padres no se relacionaban mucho con los padres de otros niños. Dejaban que mediáramos nosotros. Se conocían de vista, pero no se comunicaban mucho. En caso de tener que comentar algo sobre nosotros, nos usaban de intermediarios. Pero en ningún caso quedaban para hacer actividades con otras familias con niños.

• Y los otros niños del cole ¿te veían como alguien distinto por el hecho de que tus padres fueran sordos?
Nunca nos dijeron nada, es más, muchos de ellos yo creo que no lo sabían, porque nuestros padres no iban mucho al colegio y no recuerdo ninguna situación en la que nadie me discriminara ni me preguntara por esa circunstancia. Y creo que a mis hermanos tampoco.

• ¿Qué tipo de relación tenían tus padres con las personas del entorno más cercano: vecinos, amigos, etc.?
Mis padres se desenvuelven bien. Se llevan bien con los vecinos, pero no hay mucha comunicación. Para lo que necesitan se hacen entender, como pagar las cuotas de la comunidad, ir a la compra o lo que sea... pero a un nivel muy básico. La comunicación a otros niveles con las personas del entorno es bastante escasa.
Mi padre es más extrovertido, va a todas partes y hace lo que quiere, no le frena su sordera, que para él no supone un problema. Mi madre es un poco más introvertida y se relaciona menos: es la típica mujer de casa, va a misa, al gimnasio... pero sin relacionarse mucho. Yo creo que esto es una cuestión que está más relacionada con la personalidad de cada uno que con la circunstancia de la sordera, si bien es cierto que puede haber influido, pero fundamentalmente creo que se trata de una cuestión de carácter y de las experiencias de vida.

• ¿Tienen algún contacto con la comunidad sorda?
No tienen contacto con más personas sordas, salvo con el hermano de mi madre, que lleva audífono y utiliza el lenguaje oral. El problema con mi tío surge al hablar por teléfono, y a ello se añade el hecho de que yo no vocalizo mucho. Mi padre antes sí que iba a la antigua Asociación de Sordomudos de Valencia, junto a la Escuela Oficial de Idiomas y yo recuerdo haber ido a allí con él.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Lengua de signos española

Otra de las asignaturas básicas del primer curso del ciclo de interpretación de lengua de signos es la de Lengua de signos española. Es obvio que, sin conocer un idioma, no podemos interpretar hacia/desde él, de ahí que sea un módulo en el que hay que ponerse las pilas desde el principio. Sin embargo, no quiero asustar a nadie: en esta clase se empieza de cero. Se parte de la presunción de que ningún alumno tiene conocimientos previos de lengua de signos española.



Como el objetivo principal es lograr el máximo nivel de LSE en el menor tiempo posible (un año solo, en segundo curso ya no existe esta asignatura), mi profesora utilizó un enfoque comunicativo. Esto significa que no se centraba en corregir los errores ni en la gramática, sino que su prioridad era que nos expresáramos espontáneamente en lengua de signos española. Al principio cuesta que los alumnos se suelten con esta metodología, sobre todo porque se sienten inseguros, pero por lo visto luego la curva de aprendizaje es más rápida.

Además de las prácticas de expresión en clase, por ejemplo con exposiciones de noticias, resumen de anuncios televisivos, representación de cuentos, etc., también se trabaja la comprensión. Para ello, veíamos en clase vídeos suyos o de la sección de noticias de la Federación de personas sordas de la Comunitat Valenciana (Fesord) y los íbamos explicando, identificando los signos que no conocíamos, etc. Los vídeos de Fesord son muy útiles para aprender porque además incluyen un texto explicativo de la noticia, así que podemos conocer el contexto antes de verlos y así se entiende todo mejor.

Siendo una clase totalmente práctica, también realizamos muchísimas actividades en grupo, como decidir los detalles para una excursión ficticia al pueblo de una de las alumnas, ponernos de acuerdo sobre las normas del piso alquilado que íbamos a compartir todas (vale, es que «todas» éramos diez como mucho), etc.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Entrevista a Loreto Galán, ILS en el ámbito religioso

Como sabéis, me gusta entrevistar a intérpretes de lengua de signos que voy conociendo, porque creo que es mucho lo que podemos aprender tanto los futuros ILS como la gente que ha aterrizado por casualidad en el blog. A nuestra siguiente invitada, Loreto Galán de la Oliva (30), tuve el placer de conocerla este verano en Bruselas.  Sevillana de nacimiento, actualmente reside en Bélgica, donde trabaja como ILS, entre otros, para el Parlamento Europeo. Pero en la entrevista de hoy nos centraremos en su experiencia en el ámbito religioso, donde cuenta con mucha experiencia.

Loreto, antes de todo, quisiera saber qué hizo que te interesaras por la lengua de signos o la comunidad sorda en un primer momento.
 Contra a lo que todo el mundo espera como respuesta, no tengo familiares sordos ni crecí en un ambiente donde pudiera vivir la lengua de signos de primera mano. No hubo un momento puntal, desde siempre me llamó la atención. Cuando era pequeña recuerdo que, esperando ver los dibujos animados (hablo de los 80, cuando solo teníamos un canal y medio de televisión), había un avance informativo con una gran intérprete de LSE, María José de Aristizábal, con quien luego he tenido el privilegio de trabajar.
A los ocho años, mi familia se trasladó a Inglaterra. Siempre recuerdo mi primer día de colegio, que es el mismo en cualquier parte del mundo, eres “la nueva” y todo el mundo te mira. Yo entendía lo que estaba pasando a mi alrededor, pero no podía comunicarme al 100%, como estaba acostumbrada. Creo que ese momento puntual  me dio mucha empatía para luego elegir y desarrollar mi profesión.
Es cierto que siempre me han gustado los idiomas y he tenido facilidad para aprenderlos –mis lenguas de trabajo son el español, inglés e italiano, LSE y Sistema de Signos Internacional–  y ver la relación entre la lengua y la cultura y cómo estas dan forma a  nuestra sociedad, cómo nos relacionamos, nos expresamos…
Aunque hay mucho más, no quiero aburrir: como somos la suma de lo vivido, aquí tienes es el resultado.

¿Cómo y cuándo empezaste a formarte como intérprete?
Terminé bachillerato en Sevilla y entré a estudiar el Ciclo Formativo de Interpretación y Guía Interpretación en el IES Santa Eulalia, en Mérida (Badajoz) en el año 2003. Es de los ciclos más antiguos de España. Luego me matriculé en Traducción e Interpretación en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. Lo compaginé varios años porque empecé a trabajar como ILSE. Más tarde he participado en cursos bastante variados, no todos necesariamente dirigidos a intérpretes, pero también me han ayudado a mejorar mi profesión.

¿Tuviste algún percance durante tu formación?
Bueno, entonces no lo llamaba percance, pero sí, repetí primero del ciclo. En su día fue una sorpresa, mas bien una decepción, porque era una alumna bastante aplicada y disfrutaba mucho con todo lo que estaba aprendiendo. Ese verano, cuando me dijeron que tenía que repetir curso, me planteé seriamente si quería seguir con la interpretación. Tampoco quería perder el tiempo haciendo algo para lo que no estaba capacitada o que no fuera lo mío. Por suerte, en las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia (Alemania) encontré un grupo de personas sordas, estuve hablando con ellos y con sus intérpretes  e incluso interpreté un poco (con mucho apoyo) uno de los eventos. Fue cuando los usuarios –que en el fondo son quienes te eligen– me dieron su validación  y recapacité a conciencia sobre mis capacidades y limitaciones como futura intérprete cuando decidí continuar.
Luego, con el tiempo, entendí la decisión de mis profesores, Jorge Manteca y Miguel Benítez: creo que necesitaba, entre otras cosas, más confianza en mí misma, porque eso también se refleja en los signos, en la interpretación. También hay que tener en cuenta que la lengua de signos es una lengua y pretender aprenderla y aprender a interpretarla en dos años es bastante complicado por no decir imposible; si lo comparas, por ejemplo, con que para interpretar lenguas orales, con la carrera universitaria, se estudia cuatro años como mínimo.

Entonces, con una energía renovada, repetiste primero y acabaste obteniendo el título. ¿Qué te ha ido en el mundo laboral?
Hace ya siete años que soy intérprete titulada. Realicé las prácticas del ciclo en la Federación Extremeña de Asociaciones de Personas Sordas (FEXAS), en Cáceres, que me dio la oportunidad de hacer todo tipo de servicios. El primer día de prácticas interpreté una conferencia sobre Derecho… ¡No se me va a olvidar en la vida!
Tuve unas tutoras estupendas que luego se convirtieron en mis compañeras, porque al acabar trabajé allí un año completo. Los servicios que se cubren desde una asociación son muy variados y creo que eso me ayudó mucho para coger buena base como intérprete.
En la Asociación Cultural de Personas Sordas de Sevilla también he trabajado, pero muy poco tiempo o para los servicios esporádicos para los que me han llamado. He interpretado en cursos muy variados y fui profesora de LSE en un FPO. Y, por último, en la European Union of the Deaf (EUD), la Unión Europea de Personas Sordas, donde fui la asistente personal del director ejecutivo durante seis meses.

Vemos que en esos siete años has trabajado en varios ámbitos. ¿En cuál te desenvuelves más a  gusto como ILSE?
Aunque ahora trabajo bastante más la participación política/derechos humanos de las personas sordas, creo que el ámbito religioso, católico, es el que más lejos me ha llevado profesionalmente y con el que me siento más cómoda.

Me comentaste que gracias al ámbito religioso habías empezado a trabajar fuera de España. ¿Cómo fuiste consiguiendo experiencia en eventos internacionales?
Estando en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ja, ja, ja. Bueno, como te comentaba hablando de Colonia, fue probando, pasito a pasito, y pidiendo permiso, por favor y gracias, sabiendo que siempre puedes mejorar lo que haces y cómo lo haces. Hablar más de una lengua oral también me ha ayudado, porque en eventos internacionales se habla sobre todo inglés.

¿Llevas la cuenta de en cuántos países has interpretado? Podrías hacernos un resumen...
En breve, como intérprete de lengua de signos (no solo ámbito religioso), he trabajado en muchas partes de España, Italia, Vaticano (es otro país, ¿no? :)) Irlanda, Australia, Bélgica, Noruega, Dinamarca, Eslovaquia, México, EE. UU., Suiza, Brasil… y los que me quedan. No me quedo quieta, ¿verdad?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Aprende lengua de signos

Como siempre, desde Dicho de otra forma os intento motivar para que aprendáis lengua de signos, un idioma precioso que no me canso de aprender. Por eso, al descubrir esta serie de tres capítulos sobre un chico que empieza a aprenderla y acaba bailando en silencio, no he podido dejar de compartirla. Producida por Barret Films y la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana (Fesord) y realizada por ZurdosTV, está compuesta por tres capítulos con sus respectivos glosarios para ir abriendo boca.



Todos los vídeos, que son mudos, están disponibles con subtítulos en castellano, catalán e inglés, así que fijaos bien en configurarlos para entender todo. Aunque desde cada vídeo se puede acceder a los glosarios y al resto de capítulos, he preferido insertarlos todos por si alguien no se aclara. No os los perdáis.

Primer capítulo



Glosario de la primera parte



Segundo capítulo



Glosario de la segunda parte



Tercer capítulo



Glosario de la tercera parte



Y, si os lanzáis, recordad:

martes, 26 de noviembre de 2013

Halloween en la asociación Sordos 2000: El túnel del terror

Como cada año desde hace ya quince, la asociación Sordos 2000 Valencia ha organizado un túnel del terror de los que dan miedo, MIEDO. La noche de Halloween y del uno y el dos de noviembre, más de 600 personas acudieron a recorrer ese laberinto. Yo tuve la oportunidad de ir el año pasado y este decidí volver, porque es algo digno de ver y vivir. Juzgad vosotros mismos...


Mirad, por ejemplo, cómo decoran toda la asociación. Todo está pintado y hecho a mano, pensado para que brille en la oscuridad y dé mucho, mucho, miedo. Generalmente, con un año de antelación, la persona encargada de los dibujos empieza a pensar en los diseños y otra plantea el recorrido del año siguiente (¡este incluso había que agacharse para acceder a una sala!). Un equipo de siete personas empieza a trabajar en la decoración ¡en julio! y son ellas las que, cuando llega la hora, junto con algunos colaboradores, asustan a todo el mundo. Esta es la entrada del laberinto:


Aquí podéis ver uno de los dibujos que decoran un lateral de la asociación. Como digo, todo pintadito a mano:


Además, hay gente que se disfraza. Pero no con un disfraz cualquiera, no, con uno muy currado. Y grupal:


Fijaos en que también sale Cosa (la mano). Sí, era una chica vestida toda de negro, con la cabeza cubierta e iba por ahí toqueteando a todo el que se dejara (o no).

martes, 19 de noviembre de 2013

¡Buaaaaa, buaaaaa!: entiende a tu bebé con la lengua de signos

Habéis leído bien: la lengua de signos puede ayudaros a averiguar por qué llora vuestro bebé, sea este sordo o no, mucho antes de que pronuncie sus primeras palabras -y recordad que pueden pasar muchos meses hasta que finalmente llegue ese momento (y, aún así, hablarán con lengua de trapo y no siempre los comprenderéis)-. La explicación es muy sencilla: pueden mover las manos mucho antes de que su aparato fonador esté suficientemente desarrollado como para articular palabras. Igual que balbucean cuando intentan reproducir lo que oyen a su alrededor (o incluso cantan), los bebés también pueden mover las manos y hacer algunos signos básicos.

Enseñar unos signos básicos al bebé te permitirá entender lo que quiera expresar mucho antes de que pueda hablar.



Si a la vez que habláis al bebé hacéis los signos básicos que queréis que aprenda, este irá adquiriéndolos de forma natural y espontánea (como todos los bebés adquieren su lengua materna, sea esta oral o de signos). Según una investigación realizada por el departamento de Psicología de la Universidad de McGill (Canadá), entre los nueve y los doce meses comenzarán a «balbucear» con las manos, imitando los signos que ven en su entorno. Al igual que sucede con las lenguas orales, seguramente hagan falta horas de convivencia para entender perfectamente a la criatura, pero, en cualquier caso, habréis ganado unos meses para comunicaros y conocer al bebé. Entre los 17 y los 22 meses, ya serán capaces de articular unos cincuenta signos y podrán expresar ideas más complejas.

Así, con un año, el bebé podría deciros que el biberón está muy caliente, que quiere dormir o que le duele algo... cuando quizá otro que no ha aprendido signos solo pueda decir hola y adiós, lanzar algún beso o hacer los cinco lobitos. Lo importante con los signos es la constancia y, sobre todo, la paciencia, porque no sabrán responderte desde el principio.

En este artículo del Washington Post citan a una madre que asegura que su hija no solo empezó a signar siendo bebé, sino que con trece meses incluso mostraba sentido del humor, por ejemplo haciendo el signo de «serpiente» cuando tenía que comer espaguetis o signando «baño» cuando su madre vertía los cereales en la leche. La lengua de signos no solo le permitía cubrir necesidades básicas como saber qué quería su hija, sino que, además, gracias a ella podía entender lo que pasaba por su mente.








Es mucho lo que se puede ganar enseñándo a los niños algunos signos y no hay nada que perder. Veamos algunos de los beneficios de enseñar a los bebés lengua de signos: