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miércoles, 10 de julio de 2013

Expresión corporal: ¿vergüenza, yo?

Sin duda alguna, la expresión corporal es un componente muy importante de las lenguas de signos (especialmente del sistema internacional, por lo que nos ha comentado la profesora) y por eso el ciclo de Interpretación de lengua de signos española incluye una asignatura dedicada exclusivamente a desarrollar esto. En esta clase he disfrutado como una enana, aunque guardar la vergüenza bajo llave hasta que acabe la clase es un requisito indispensable para aprobar y pasarlo bien.



Por ejemplo, hemos realizado actividades como:
  • Jugar al teléfono roto sin sonidos ni signos, solo con mimo. En esta variante el teléfono está igual de roto que en la tradicional, os lo aseguro.
  • Ordenar viñetas explicando cada una la suya y sin poder ver el resto. Contar nuestra versión de la historia y comprobar luego que no siempre acertamos por muy exhaustivas que hayamos sido con las explicaciones... 
  • Hacer diálogos incluyendo recetas de cocina. Como lo bueno era la expresividad, casualmente siempre había alguna que «se quemaba» cocinando para añadirle un poco de tensión al asunto.
  • Explicar algún deporte (en mi caso, el patinaje sobre hielo): historia, normas, competiciones, etc. Y, lo más jugoso: demostración de cómo se juega, interpretando los diferentes personajes de cada deporte (varios jugadores, árbitro, público, etc.). Tremendo.
  • Representar una escena cotidiana como es la de esperar al bus. Poco a poco iban sumándose los personajes, que nosotras mismas podíamos inventar. Fue divertidísimo: por ejemplo una mujer parió en la parada y casi le roban al bebé... Lo que dan de sí una hora y media y unos diez personajes.
  • Cuentos signados, pero no cuentos tradicionales, no. Reescribimos La Cenicienta, la adaptamos a los nuevos tiempos y luego la representamos.
  • El fondo del mar: cada una adoptaba el rol de un animal o planta y teníamos que hacer una pequeña representación. Yo fui cangrejo :-)
  • Contar chistes. Las personas sordas suelen incluir comparaciones con los oyentes en sus bromas. Ojalá tenga tiempo de investigar más sobre el humor sordo, porque creo que aún me queda mucho por descubrir.
  • Inventarnos nuestros currículum y simular entrevistas de trabajo como trapecistas, animadoras infantiles, cuidadoras de animales en el zoo,...
  • Signar canciones. Me ha encantado hacerlo y, como habéis visto en otras entradas, le pillé el gustito pronto.

No hemos tenido tiempo para aburrirnos. Con todo, y pese a haber sacado toda nuestra cara dura, difícilmente podremos ser tan, tan expresivas como Tony Bloem, el protagonista del siguiente anuncio. No tiene desperdicio:




Independientemente de que estudiéis el ciclo o no, os recomiendo encarecidamente que, si tenéis la oportunidad de apuntaros a algún curso de expresión corporal, lo hagáis: tendréis las risas de la semana aseguradas y además ganaréis en seguridad, espontaneidad y cara dura.

¡Fuera esa vergüenza! Con ella no se llega a ninguna parte...

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