Generalmente pensamos que, puesto que las personas con sordera profunda no pueden oír la música, no hay manera de que disfruten de/con ella. Sin embargo, sí notan las vibraciones, y por eso a veces se sitúan cerca de los altavoces. Una alternativa para percibirlas es sostener un globo (algo típico de los conciertos, pensad en los globos alargados que reparten para aplaudir) o, si no, con un simple vaso con líquido basta (una excusa para beber, sí). Otra buena solución es el suelo de madera, porque transmite muy bien las vibraciones.
En Estados Unidos, Robbie Wilde se ha hecho famoso por ser DJ pese a no oír nada con un oído y solo el 20% con el otro. Empezó a pinchar hace una década en el restaurante de su padre y, desde entonces, no ha parado. Además de gracias al ordenador, Wilde también puede seguir la música gracias a su SubPac, una especie de cojín que le transmite las bajas frecuencias. Además, parece que tiene sentido del humor: tras una de sus orejas lleva tatuado «out of order», fuera de servicio, y asegura que, cuando alguien cuestiona la calidad de su espectáculo, responde que no lo ha oído.
Y, por último, os dejo con un vídeo de un perro sordo que se ha convertido en famoso... por su forma de bailar el blues, lo que encuentra una surfeando por Youtube ¬¬.
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